domingo, 1 de enero de 2012

Divorciandome del pasado




Cuarenta y tantos son mis años. Una vida como la de cualquier mujer, una edad para encontrar la salida de un círcculo que ahoga. Un divorcio de mi propio caminar, un empezar de nuevo y, como en cualquier distanciamiento, un estado eufórico para comenzar con fuerza, para seguir queriendo y, sobre todo, para quererme y valorarme.
Como suele suceder en un divorcio, me comprometo a asumir responsabilidades en solitario, a desterrar  las excusas y, sobre todo, a no justificar más mis errores, terminando por alejar los amores que me duelen.
Me divorcio de algunos familiares.
Me divorcio de algunos amigos.
Me divorcio de algunos trabajos.
Me divorcio de alguna enfermedad
Y para que coste en acta 01-01-2012
Me divorcio de mis miserias y comparto custodia con todos mis fantasmas vivos y muertos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario